Introducción
La carrera es una forma popular de actividad física, simple de realizar y de fácil acceso, con numerosos beneficios documentados relacionados a la salud.1,2,3 Por ello, en las últimas décadas, la población de corredores de diferentes niveles se ha visto incrementada de manera exponencial, con mayor impacto en corredores de media y larga distancia en diferentes superficies.
Independientemente de que la carrera y el entrenamiento aeróbico han demostrado ser beneficiosos para la salud, la mayoría de los corredores, en especial los corredores novatos, han experimentado dolor o tenido una lesión al menos una vez en su vida deportiva, con una prevalencia de entre el 10% y 92%.1,4
Por lo tanto, las acciones que tengan como objeto disminuir la incidencia de lesiones relacionadas con la carrera (LRC) son muy importantes en esta población.5,6 Estas han sido orientadas principalmente hacia la modificación de los factores de riesgo asociados a la lesión.5,6) En este sentido, se han identificado cuatro categorías de factores de riesgo que podrían predisponer a lesiones en las extremidades inferiores de los corredores: factores sistémicos, factores de estilo de vida, factores de salud y factores relacionados con correr/entrenar.7 De los factores de riesgo mencionados, los directamente relacionados a los objetivos de esta revisión son los que están conectados con la carrera y el entrenamiento. En esta categoría, se incluyen antecedentes de lesiones previas en la carrera, kilometraje semanal, número de años en carrera, características del entrenamiento (velocidad, frecuencia, superficie, tiempo), superficie de entrenamiento y calzado.8,9,10 Para intentar disminuir el impacto de estos factores de riesgo, se han descripto estrategias preventivas, como la modificación del horario de entrenamiento, el uso de ejercicios de estiramiento o calentamiento/enfriamiento y la modificación del calzado.10
El objetivo de la presente revisión sistemática es compilar y comentar la evidencia disponible asociada con la efectividad de las intervenciones preventivas para la disminución de las LRC en corredores, comparado con el entrenamiento normal o la no intervención, y describir la incidencia lesional en corredores de todos los niveles. Finalmente, a partir de la evidencia obtenida, nos proponemos brindar recomendaciones prácticas para la población de corredores de diferentes niveles competitivos.
Materiales y método
Revisión sistemática sin metaanálisis limitada a ensayos clínicos (EC), estudios controlados no aleatorizados (ECNA) y estudios controlados aleatorizados (ECA) que fueron realizados en corredores y que analizaron la incorporación de estrategias preventivas y la presencia de lesiones en esta población.
Protocolo y registro
Esta revisión sistemática se completó siguiendo los ítems de preferencia para el reporte de revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA, por sus siglas en inglés).11) Registro Prospero CRD42022353203.
Estrategia de búsqueda
La búsqueda bibliográfica para esta revisión fue realizada por 2 revisores independientes con estrategia de búsqueda definida, combinando estrategias de búsqueda manual y por citación.
La búsqueda se realizó en septiembre de 2022 en las bases de datos gratuitas PubMed, PEDro, Scopus y Google Scholar. Las estrategias de búsqueda se encuentran descriptas en el Anexo 1.
Criterios de inclusión y exclusión
Los criterios de inclusión para la revisión fueron guiados por la estrategia PICO, la cual representa cada una de las partes sucesivas asociadas con el paciente o la población, la intervención, la comparación y los resultados. Se incluyeron EC, ECNA y ECA, realizados en humanos, con las consignas de búsquedas principales en su título o resumen y publicados en revistas científicas con revisión por pares y en idioma inglés entre enero de 2002 y enero de 2022 (período de búsqueda de 20 años). Los artículos seleccionados debían incluir en su título o resumen la población de corredores de mediana y larga distancia (novatos, recreacionales o de alto rendimiento) y analizar en forma combinada esta población, la incidencia lesional, la aplicación de alguna estrategia preventiva y su efectividad. Todos aquellos trabajos que no cumplieron con estos criterios de inclusión fueron excluidos.
Selección de estudios
Los mismos revisores independientes examinaron los títulos y resúmenes y los evaluaron según los criterios de inclusión y exclusión de la revisión. Los estudios potencialmente relevantes se recuperaron en su totalidad. Los revisores evaluaron el texto completo de los artículos seleccionados en detalle teniendo en cuenta los criterios de inclusión de la revisión. Cualquier desacuerdo que surgiera en cualquier etapa del proceso de selección del estudio se resolvió mediante la discusión o contribución de un consultor externo; especialista en la temática. Los artículos duplicados fueron eliminados. Los artículos cribados fueron procesados con la utilización de la herramienta de automatización Rayyan Systematic Review Tools para filtrar por título y resumen, los restantes fueron seleccionados mediante lectura completa del texto por los autores MS y JA13, quienes tuvieron un 90% de acuerdo entre los artículos seleccionados.
Recuperación de datos
Los datos extraídos incluyeron detalles específicos sobre la población, los métodos de estudio y los hallazgos clave relevantes para la pregunta de revisión, tales como el tipo de estudio, la población y el tamaño de la muestra, los métodos, los detalles de la intervención, las actividades del grupo control y las medidas de resultado utilizadas. Los detalles de las intervenciones preventivas incluyen el tipo de intervención, la dosis y los parámetros de intervención y los métodos utilizados para progresar el estímulo de la intervención. Los datos extraídos y una síntesis narrativa de los trabajos incluidos en esta revisión se presentan en la Tabla 2.
Análisis cualitativo de los artículos seleccionados
La lista de verificación utilizada para evaluar la calidad metodológica de los artículos incluidos fue la escala de fisioterapia basada en la evidencia (PEDro, por sus siglas en inglés) para los ECA.14 La lista de verificación incluye 11 elementos en cuatro categorías: objetivo del estudio, población del estudio, mediciones de resultados y presentación de datos y análisis. Hubo 11 ítems según el diseño del estudio. Se consideró una puntuación de C50,0% como indicación de calidad metodológica satisfactoria y de C75,0% como indicación de calidad alta.15 Dos autores (MS y JA) evaluaron de forma independiente la calidad de cada artículo y otorgaron a cada ítem una puntuación positiva (1) o negativa (0). En caso de desacuerdo, una reunión de consenso resolvió cualquier discrepancia.
Riesgo de sesgo
Dos autores evaluaron el riesgo de sesgo de cada ensayo incluido mediante la herramienta Cochrane.16 Se evaluaron los sesgos de selección, realización, detección, abandono y cualquier otro sesgo específico del ensayo que no estuviera cubierto por los anteriores (por ejemplo, intereses financieros en el método de reentrenamiento de la marcha que se está investigando). Cualquier disparidad se resolvió por consenso entre los autores MS y JA.
Resultados
Artículos seleccionados
Se obtuvieron 718 artículos totales mediante la combinación de diferentes estrategias de búsquedas y recuperación manual. Luego de aplicarse los criterios de selección, se excluyeron 561 artículos por no responder a la pregunta de investigación o por tratarse de artículos repetidos. De los 157 restantes, se descartaron 149 artículos luego de leerse el título, el resumen y la metodología del trabajo y no cumplir con los criterios de esta revisión; por lo cual, quedaron 9 artículos para la lectura completa y el análisis de datos. Se sumó 1 artículo por referencias de trabajos y se aceptó su inclusión en la revisión por pertinencia con la pregunta de investigación (Figura).
Características de los estudios
De los 10 artículos incluidos en la revisión, 9 son ECA y 1 es un EC de laboratorio.
Criterios de calidad de los artículos
Como se observa en la Tabla 1, solo 2 artículos fueron categorizados como de alta calidad, 7 artículos obtuvieron el rango de calidad satisfactoria y 1 artículo obtuvo el rango de calidad pobre.
Tabla 1 Calidad PEDro de las puntuaciones para los ensayos controlados aleatorizados ordenados por rango decreciente
Estudio | Criterios para evaluar la calidad metodológica | |||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | Puntaje | |
Buist et al.6 | 1 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 6/11 (55%) |
Cloosterman et al.17 | 0 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 7/11 (64%) |
Fokkema et al.18 | 1 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 6/11 (55%) |
Todersdal et al.19 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 5/11 (45%) |
Baltich et al.20 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 6/11 (55%) |
Chan et al.21 | 0 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 6/11 (55%) |
Letafatkar et al.22 | 0 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 8/11 (73%) |
Bredewer et al.23 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 6/11 (55%) |
Mendez Robello et al.24 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 6/11 (55%) |
Taddey et al.25 | 1 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 1 | 1 | 1 | 1 | 1 | 8/11 (73%) |
Base de datos de evidencia de fisioterapia PEDro, 1 indica que el ítem fue calificado como positivo y 0 como negativo para cada criterio de evaluación de la calidad: (1) criterios de elegibilidad especificados; (2) asignación aleatoria a grupos; (3) asignación oculta; (4) grupos similares al inicio del estudio; (5) cegamiento de los participantes; (6) cegamiento de los terapeutas que administraron la intervención; (7) cegamiento de los evaluadores que midieron al menos un resultado clave; (8) se obtuvieron medidas de al menos un resultado clave para 85% de los participantes asignados inicialmente a grupos; (9) análisis de intención de tratar; (10) resultados de las comparaciones estadísticas entre grupos notificadas; (11) el estudio proporcionó tanto medidas puntuales como medidas de variabilidad para al menos un resultado clave.
Evaluación del riesgo de sesgo
Los resultados de la evaluación del riesgo de sesgo, descriptos en el Material complementario 2, incluyen las sentencias de los autores para cada elemento de riesgo de sesgo y los porcentajes en todos los ensayos incluidos. El sesgo de selección se consideró de bajo riesgo en todos los estudios6,17,18,19,20,21,22,23,24,25 que informaron el uso de la generación de secuencias aleatorias y ensayos que informaron la asignación oculta con sobre opaco. El sesgo de realización se consideró de bajo riesgo en 7 trabajos que declararon cegamiento de los participantes, moderado riesgo en 2 ensayos y alto riesgo en 1 ensayo, ya que no fue posible cegar a los participantes al reentrenamiento de la marcha. El sesgo de detección fue bajo en todos los ensayos debido al cegamiento claramente descripto de los evaluadores.6,17,18,19,20,21,22,23,24,25) El riesgo de abandono fue bajo en todos los ensayos que reportaron baja tasa de deserción.6,17,18,19,20,21,22,23,24,25) Tres ensayos se consideraron de riesgo incierto, ya que los participantes podrían haber conocido el momento de la recopilación de datos17,19,24, y 1 ensayo fue juzgado como de alto riesgo debido al posible efecto Hawthorne.23 Todos los ensayos restantes se consideraron de bajo riesgo.6,18,20,21,23,24,25 El cumplimiento de las intervenciones se consideró de bajo riesgo en 7 ensayos6,17,18,19,21,23, y el resto de los ensayos tuvo riesgo incierto debido a la falta de información de cumplimiento.20,22,24 Ambos revisores estuvieron de acuerdo, tanto en los criterios de calidad de los artículos como en la evaluación del riesgo de sesgo.
Característica de la población
Las características de los ensayos se presentan en la Tabla 2. De los 10 estudios, se incluyeron 7807 corredores (3917 en los grupos intervención y 3890 en los grupos control): 4 artículos incluyeron corredores novatos en la preparación de una carrera, 2 artículos no especificaron el nivel de los corredores en las diferentes distancias, 1 artículo incluyó exclusivamente corredores de montaña y 2 artículos incluyeron corredores recreacionales que recorren habitualmente entre 8 y 100 km semanales, con experiencia de no más de dos años.
Tabla 2 Características de los estudios (continuación).
Estudio | Población | GI | Protocolo | GC | Protocolo GC | Medidas de resultados | Seguimiento |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Buist et al.6 | n = 532 (306 mujeres) corredores recreacionales. Edad = 39,8 (10) años | n = 250 Programa de entrenamiento gradual GRONORUN | Entrenamiento gradual de 13 semanas. Regla 10% por semana The GRONORUN gradual program. | n = 236 Programa entrenamiento estandar | Mismo volumen, entrenamiento no gradual progresivo en 8 semanas 30 km/sem. | LRC*1000 h de exposición El programa de entrenamiento graduado no fue preventivo para LRC (χ2 = 0,016, df = 1, p = 0,90). La incidencia de LRC fue de 20,8% en el grupo del programa de entrenamiento graduado y del 20,3% en el grupo del programa de entrenamiento estándar. | Duración del protocolo 13 semanas |
Cloosterman et al.17 | n = 4050 corredores recreacionales (1480 mujeres) Edad: 42,3 (12,1) años | n = 2023 Programa en línea | El programa de prevención se basó en la literatura, la experiencia de los especialistas e investigadores y los resultados y conocimientos obtenidos a través de la prueba INSPIRE. Se esperaba que los corredores trabajaran de forma autónoma con el sitio web. | n = 2027 | Participantes en el GC siguieron su preparación regular. | LRC% La proporción de lesiones para el GI fue del 35,5% (IC del 95%: 33,5 a 37,6) y para el GC del 35,4% (IC del 95%: 33,3 a 37,5), sin diferencias entre los grupos (OR ajustado: 1,03; IC del 95%: 0,90 a 1,17). | 1 mes posterior a un evento |
Fokkema et al.18 | n = 2378 Corredores recreacionales (1126 mujeres) Edad: 41,2 (11,9) años | n = 1196 Educación y programa en línea | Los participantes en el GI tuvieron acceso al programa de prevención de lesiones en línea, que consistió en información sobre factores de riesgo basados en la evidencia y consejos para reducir el riesgo de lesiones. | n = 1182 | Siguieron su preparación regular para la carrera. | LRC% De los participantes en el GI, 37,5% (IC del 95%: 34,8 a 40,4) presentó una nueva LRC durante el seguimiento, en comparación con 36,7% (IC del 95%: 34,0 a 39,6) en el GC. El análisis de regresión logística univariada no mostró diferencias significativas entre el GI y el GC (OR 1,08; IC del 95%: 0,90 a 1,30). | La media de seguimiento fue 4,5 (1,6) meses. |
Toresdahl et al.19 | n = 720 corredores (500 mujeres) Edad: 35,9 (9,4) años | n = 352 Grupo de entrenamiento de fuerza | El grupo de entrenamiento de fuerza recibió instrucciones de realizar un programa de 10 minutos 3 veces por semana utilizando instrucción escrita y en video. Este programa se dirigió a los cuádriceps, el abductor de cadera y los grupos musculares de la región lumbopélvica. Autoadministrado. | n = 368 | LRC% No se reportaron diferencias entre grupos (LRC fue del 7,1% en el grupo de entrenamiento de fuerza y del 7,3% en el grupo de observación/ cociente de riesgos, 0,97; IC del 95%, 0,57-1,63; p = 0,90). El entrenamiento de fuerza autodirigido no disminuyó la incidencia de lesiones por uso excesivo. | 13 semanas | |
Baltich et al.20 | n = 68 corredores novatos (54 mujeres) | n1 = 23 Entrada en calor, 6 ejercicios funcionales n2 = 24 Entrada en calor, 2 ejercicios de fuerza | Todos los participantes recibieron instrucciones de completar su respectivo protocolo de entrenamiento de 3 a 5 veces por semana, además de correr al menos 1 vez a la semana durante las 8 semanas. | n = 21 Entrada en calor, estiramientos | Todos los participantes fueron instruidos para completar su respectivo protocolo de estiramientos 3 a 5 veces por semana, además de correr al menos 1 vez a la semana durante las 8 semanas. | LRC % LRC*1000 La incidencia lesional de carrera fue de 27,7/1000 h de carrera (IC 95%; 15,1, 46,5) para el grupo de entrenamiento de resistencia, 25,3 (IC 95%; 14,7, 40,5) para el grupo de entrenamiento funcional y 22,4 (IC 95%; 11,6, 39,2) para el GC. No hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos sobre tasas de LRC. | 6 meses |
Chan et al.21 | n = 320 corredores novatos (164 mujeres) | n = 166 Reentrenamiento del paso | 8 sesiones de modificación de la marcha durante 2 semanas de reentrenamiento de la carrera con biorretroalimentación visual para la modulación de la rigidez del aterrizaje, (4 sesiones por semana). | n = 154 | Entrenamiento sin retroalimentación ni corrección. Se realizaron 8 sesiones durante 2 semanas. | LRC% LRC GI=16% LRC GC=38% Se observó una reducción en el GI del 62%, RR 0,38 (95% IC, 0,25-0,59) en comparación con el GC. | 12 meses |
Letafatkar et al.22 | n = 60 corredores novatos (todos masculinos) | NMT n = 20 Entrenamiento neuromuscular NMT + ICV n = 20 Entrenamiento neuromuscular + control del valgo | Entrenamiento neuromuscular 3 veces por semana durante 6 semanas, con intervalos de al menos 24 h entre las sesiones de intervención. Entrenamiento neuromuscular + ICV 3 veces por semana durante 6 semanas, con intervalos de al menos 24 h entre las sesiones de intervención. | n = 20 | Protocolo simulado 5 ejercicios (curl abdominal, hiperextensión de espalda, toalla curl de bíceps, tríceps de toalla y estiramiento pectoral) realizado 3 veces por semana durante 6 semanas. | LRC% Fue reportada una reducción del 31,58% solo en el NMT, 65,52% en el grupo NMT +ICV. En el GC, aumentó la incidencia en 13,46%. | 1 año |
Bredewerg et al.23 | n = 432 corredores novatos (283 mujeres) Edad = 38,1 (10,8) años | n = 211 Programa de entrenamiento gradual GRONORUN2 | Programa reacondicionamiento no supervisado de 4 semanas con ejercicios para caminar y saltar + 9 semanas de carrera progresiva. | n = 221 | 9 semanas de carrera progresiva. | LRC% La incidencia de LRC fue del 15,2% (26 de 171) en el GI y 16,8% (32 de 191) en el GC. La diferencia en LRC entre los grupos no fue significativa (χ2=0,161, df=1, p=0,69) | 4 semanas de reacondicionamiento + 9 semanas duración del protocolo |
Mendez-Rebolledo et al.24 | n = 22 corredoras (todas mujeres) | n = 11 Programa NMT multicomponente | Las intervenciones se realizaron durante la pretemporada de 6 semanas de entrenamiento NMT que consistió en un programa multicomponente que integró saltos, aterrizajes y carreras con fuerza, resistencia, agilidad, equilibrio y entrenamiento CORE. | n = 11 | El entrenamiento convencional incluyó entrenamiento anaeróbico, de fuerza y aeróbico. | LRC*1000 h de exposición Se reportó una reducción estadísticamente significativa en el GI (6,58 en el grupo NMT vs 17,89, RR = 0,38; 95% IC, 0,18 a 0,82; p = 0,044) Principalmente en el síndrome de estres medial tibial (0,82*1000 h en el grupo NMT vs 5,96 convencional). | 18 semanas |
Taddei et al.26 | n = 118 corredores recreacionales de larga distancia (57 mujeres) | n = 57 Core Foot | El GI recibió un curso de capacitación de 8 semanas centrado en los músculos del pie y tobillo, seguido de un entrenamiento supervisado a distancia. | n = 61 | LRC % Los participantes del GC tenían 2,42 veces (IC del 95%, 1,98-3,62) más probabilidades de experimentar una LRC que los participantes en el GI (p = 0,035) dentro de los 12 meses que duró el estudio. | 12 meses |
LRC: lesiones relacionadas con la carrera; LRC%: porcentaje de lesiones relativas a la carrera; IC: intervalo de confianza; GI: grupo intervención; GC: grupo control; RR: riesgo relativo. OR: odds ratio; NMT: entrenamiento neuromuscular; ICV: instrucciones de corrección de valgo.
Se reporta la edad de los corredores de la muestra total de cada estudio como media (desvío estándar). Los estudios que reportaron la edad por subgrupos no fueron detallados en esta tabla.
Subgrupos de intervención
Las intervenciones variaron entre los trabajos seleccionados con el objetivo de disminuir las LRC. Tres estudios utilizaron avisos y programas preventivos en línea autoadministrados por los corredores;17,18,19 2 estudios, un programa de entrenamiento de la fuerza;19,20) 1 estudio, un programa de entrenamiento funcional para realizar en la casa;18 2 estudios, programas multicomponente;6,24 1 estudio, un programa de ejercicios focalizados en el fortalecimiento de los músculos del pie;25 1 estudio, un entrenamiento neuromuscular dirigido24 y 2 estudios, un entrenamiento basado en la incorporación gradual de volumen de carrera y caminata respetando la regla del incremento del 10% semanal.6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,16,17,18,19,20,21,22,23
Los programas de intervención fueron administrados con diferentes modalidades de seguimiento y supervisión, 5 estudios reportaron que los programas eran autoadministrados por los corredores luego de su enseñanza17,18,20,23,24, 1 estudio no especificó de manera clara el seguimiento y la supervisión de la ejecución del programa19 y 4 estudios administraron el programa de manera guiada y supervisada por un profesional parte de la investigación.6,21,25,26
Incidencia de las LRC
Sobre esta población de 7807 corredores, se extrajeron en forma numérica y de manera manual un total de 3134 LRC en todos los grupos analizados (suma de grupos intervención y grupos control o de observación). La incidencia relativa de los estudios que la reportaron es de 2,55 por atleta expuesto (AE), es decir, el riesgo de lesión es de 0,39 *1000 AE.
Resultados de las intervenciones
En la Tabla 2, se exponen los resultados de cada estudio comparativo y se analiza cuán efectivas resultaron las distintas intervenciones aplicadas en diferentes poblaciones de corredores respecto de las LRC. Puede observarse que las intervenciones que encontraron buenos resultados estuvieron relacionadas con la reeducación de la carrera, el entrenamiento neuromuscular más reeducación del control motor y el reentrenamiento de los músculos del pie. Además, se puede destacar del análisis de los trabajos seleccionados una reducción significativa en las LRC cuando la participación del profesional especializado que guiaba las intervenciones era alta.
Discusión
Como resultado de esta revisión, las intervenciones que encontraron resultados positivos en la disminución de las LRC fueron aquellas que eran conducidas o monitoreadas por profesionales especializados y diseñadas específicamente para esta población, en comparación con medidas de educación y/o programas preventivos en línea, autodirigidos y autoimplementados por el deportista. La evidencia disponible recopilada indica que la incidencia de lesiones en corredores de los estudios seleccionados fue del 39%. De todas maneras, el número de trabajos y las propuestas evaluadas limitan la certeza de estos hallazgos.
Intervenciones preventivas en corredores
En esta revisión, se pueden observar diferentes intervenciones preventivas que intentan evaluar su efectividad. En cuatro de ellas, se encontró que la intervención implementada era efectiva en la reducción de las LRC, en comparación con los grupos control.21,22,24,25 Si bien las intervenciones fueron dispares en este grupo, podemos destacar que fueron enseñadas, aplicadas y monitoreadas de manera cercana por profesionales. En cuatro artículos seleccionados por esta revisión, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos intervención, y el dato relevante fue el bajo (en algunos trabajos) o nulo (en los trabajos con intervención en línea) seguimiento del grupo intervención por parte de profesionales especialistas en prevención de lesiones.6,17,18,19,20,23 No hay evidencia de que una intervención específica o el aumento de ciertas adaptaciones, como la flexibilidad, puedan resultar en una reducción de lesiones en corredores.27 En relación con los corredores novatos o recreacionales, esta revisión establece que no existe evidencia de que programas de entrenamiento con un incremento gradual en el volumen de carrera sea más efectivo que programas de corta duración en la prevención de lesiones.27
En relación con una de las lesiones más frecuentes reportadas en el trabajo de Lopes et al.28, el trabajo de Méndez-Rebolledo et al.24, seleccionado en esta revisión, encuentra una reducción significativa de la tasa de lesiones y especialmente del síndrome estres medial tibial en población de corredoras juveniles mediante un programa preventivo de entrenamiento neuromuscular guiado y supervisado.
Finalmente, si bien el entrenamiento de la fuerza ha demostrado ser efectivo en la disminución de lesiones en otros deportes, con reducciones significativas en lesiones agudas y por sobreuso y, a su vez, con mayor efectividad que otras intervenciones30,31, el estudio de Toresdahl et al. no muestra efectos en corredores recreacionales que se prepararon para una maratón con un programa de fuerza autogestionado.19 Este hecho podría sugerir que el seguimiento y la aplicación de las intervenciones por parte de un profesional es determinante en el resultado de estas y que ciertos entrenamientos no pueden ser completamente autogestionados.
Resulta clara la necesidad de contar con más cantidad de ECA y ECNA, de cohorte prospectivos, con buena calidad metodológicas para poder comprobar el tamaño del efecto de las diferentes intervenciones preventivas, así como la necesidad de generar nuevas líneas de investigación con metodologías integradas de prevención de lesiones en esta población.
Epidemiología lesional en los deportes de carrera
En los deportes de resistencia, en especial en la gran población de deportistas recreacionales, existe una falta de consenso en las definiciones epidemiológicas necesarias para poder establecer trabajos comparativos y colaborativos de incidencia lesional que permitan luego guiar las líneas de intervención preventivas. A los fines de esta revisión, pudimos extraer de los diferentes trabajos los valores referenciales de la incidencia lesional en diferentes poblaciones de corredores, pero en especial novatos.
En esta revisión, el total de LRC que se extrajeron de los trabajos seleccionados representa una incidencia de 39% en relación con los deportistas expuestos a las intervenciones, al control y a la carrera. Esto coincide con los datos existentes en la literatura, como lo hallado en una revisión de 17 estudios en los que la incidencia varía en un rango de entre 3% a 85%25,26, y la rodilla fue el sitio predominante de lesión aunque con una gran variabilidad de prevalencia de entre 7,2% a 50%.26 Las lesiones de la pierna (que incluyen la tibia, el tendón de Aquiles, la pantorrilla y el talón), pie y muslo (isquiosurales y cuádriceps) también fueron comunes, con un rango de incidencia de entre 9% a 32,2%, 5,7% a 39,3% y 3,4% a 38% respectivamente.27
En cuanto al valor relativo, en esta revisión, los trabajos de Baltich et al.20, Buist et al.6, Méndez-Rebolledo et al.24 plantean la incidencia por 1000 h de exposición y se encuentra en concordancia con una revisión sistemática reciente en la que se estableció que la incidencia por 1000 h de carrera se encuentra en un rango de 2,5 en atletas de larga distancia a 33 por 1000 h en estudios de corredores novatos.26 Este metaanálisis cobra mayor importancia, ya que revela que la incidencia ponderada es de 17,8 (IC 95% 16,7-19,1) en corredores novatos y 7,7 (IC 95% 6,9-8,7) en corredores recreacionales con experiencia y muestra un mayor riesgo de lesiones en corredores novatos.7
En base a los estudios analizados, los autores de la presente revisión concluyen de forma resumida que las lesiones más frecuentes en corredores se asientan en la rodilla, en el pie y la pierna, en especial los síndromes de estres de la banda iliotibial, estres medial tibial o la fractura por estres de la tibia, el síndrome patelofemoral y la tendinopatía de Aquiles. Es decir, todas las lesiones se encuentran asociadas a la carga y capacidad de los tejidos para tolerar dicha carga, con mayor impacto en la población de corredores novatos.
Limitaciones
Existe una gran heterogeneidad en la forma y el reporte de la tasa de adherencia a las intervenciones preventivas propuestas en los artículos revisados, probablemente asociado a la heterogeneidad de la aplicación y realización de estos. Otro aspecto de gran heterogeneidad entre los trabajos seleccionados fue el proceso de registro de las LRC, esto es, registros autorreportados por el corredor, datos recolectados por un profesional y registros prospectivos durante un evento, entre otros. Los aspectos mencionados son las principales limitaciones de esta revisión que pueden influir en la interpretación de las conclusiones.
Conclusión
Existe información no concluyente acerca de que la incorporación de estrategias preventivas puede ser efectiva en la disminución de las LRC en corredores de diferentes niveles y experiencia. Si bien la evidencia existente no apoya ninguna intervención por sobre otra, parecería que las intervenciones relacionadas con programas individualizados y programas multicomponente que están enfocados en lo neuromuscular y la corrección de la técnica de carrera y monitoreados regularmente por profesionales tienen mejor resultado en la prevención de lesiones, en comparación con otras intervenciones que no hallaron resultado. Más estudios son necesarios para determinar la influencia real y efectiva de las diferentes orientaciones preventivas en la disminución de la incidencia lesional en corredores, novatos y de alto rendimiento, de mediana y larga distancia.